lunes, 29 de marzo de 2010

La "pasión" del Papa

La verdad es que el revuelo mediatico que se está levantando con el asunto de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes no deja de sorprender. Y no por los propios hechos en sí, deleznables y abominables, sino por todo el circo que se ha montado alrededor de los mismos, desenfocando el quid de la cuestión y aprovechando la coyuntura para atacar incluso al Santo Padre, quien ha hecho de este asunto uno de los ejes principales de su pontificado.

En primer lugar, huelga decir que las cosas se han hecho rematadamente mal. Que una cosa es procurar la buena imagen de la Iglesia como Esposa de Cristo y otra bien distinta proteger y dar cobijo a criminales. Estos curas y clérigos debrían haber sido llevados ante las autoridades civiles para ser juzgados como merecían. El simple traslado de parroquia no es la solución, porque el delicuante no recibe su castigo y encima pude seguir delinquiendo. Y, en la dimensión eclesiástica, deberían haber sido suspendidos, apartados de sus labores pastoreles. No se puede consentir que la formación espiritual de tantos niños haya estado en manos de dementes y criminales.

Una vez dicho esto, uno se pregunta ¿qué interés hay en insistir día sí y día también en este asunto? La noticia ya salto, se comunicó y la Iglesia está tomando medidas a través de los mecanismos oportunos. Hacer leña del arbol caído no es ético, salvo para los putiprogres, que se llenan la boca hablando de este tema mientras entre sus filas se encuentran partidarios de la pedofilia. Y, lo peor de todo, aprovechan para sacar a relucir los tipicos tópicos de la progresía para zaherir a uno de los baluartes de la decencia y la moral que todavía quedan en el mundo. Vayamos por partes.

En el análisis se olvidan de un hecho muy revelador. Y es que la mayoría de abusos son de corte homosexual, es decir, de señores con niños. ¿Qué significa esto? Pues creo que es obvio. Claro que hay homosexuales castos y decentes, los menos, pero los hay. Pero la conducta homosexual, como desordenada que es, lleva a cometer este tipo de delitos. De hecho, el turismo sexual heterosexual es irrisorio comparado con el homosexual. Por tanto, debebemos preguntarnos ¿ser homosexual puede conllevar la comisión de delitos?

Por otro lado, parece ser que solo hay delicuentes sexuales en la Iglesia, cosa que, evidentemente no es así. En todos sitios cuecen habas. En cualquier estatus social, en cualquier profesión hay potenciales abusadores de menores. Ensañarse con la Iglesia indica que, para los que lo hacen, lo importante no es el delito, sino el escarnio público de la institución a la que pertenecen. Para los putiprogres de las guías de masturbación y la zoofilia, que se rasgan las vestiduras por los abusos de los eclesiásticos, esta ocasión les ha venido al dedillo para atacar a la Iglesia, la única que alza la voz contra la deshumanización de la sociedad que ellos propugnan.

Por último, incluso personas que no saben nada del tema, se han lanzado a hablar del celibato de los sacerdotes de rito latino como causa de estos delitos. Sólo el desconocimiento de la historia y de la Tradición de la Iglesia puede llegar a hacer ese tipo de afirmaciones, incluso por miembros de la jerarquía eclesiástica borrachos de CVII. El celibato es un don que Dios dió a la Iglesia y, pese a no ser dogma de fe, debe ser respetado y conservado por los católicos. ¿Acaso sólo se mantienen célibes los sacerdotes católicos? ¿Qué pasa con los monjes budistas por ejemplo? En fin. Lo de siempre. Hablar por hablar.

Reitero mi más profundo rechazo en primer lugar a esta gentuza que se sirvió de su cleryman para cometer sus delitos y en segundo lugar a todos aquellos que evitaron que fuesen juzgados debidamente. Pero ya está bien de permitir que esto se use como arma arrojadiza contra la Iglesia en general y contra el Santo Padre en particular, manipulando la información e intentando implicarle directamente en los abusos sexuales. Sólo mentes enfermas pueden ser capaces de eso. 

2 comentarios:

  1. Coincido en que los enemigos de la Iglesia aprovechan para atacar a la menor oportunidad.

    No coincido con parte de lo que dices: "la conducta homosexual, como desordenada que es, lleva a cometer este tipo de delitos"... creo que no se puede tomar como regla que por ser homosexual se cometerán ese tipo de delitos.

    Respecto al celibato tengo mis reservas: aunque no considero que la vida celibe lleve a los desordenes y abusos sexuales, tampoco creo que haya mayor problema con que los sacerdotes se puedan casar... es una opinion muy personal: no digo ni k tengan que ser solteros ni casados sino que podria ser opcional.

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  2. keyo,

    Puede ser excesiva la frase a la que haces referencia, pero simplemente me limito a señalar algo que ha pasado inadvertido y que puede ser parte esencial en el análisis de las causas de la comisión de esos delitos.

    Respecto al celibato, obvio que no es dogma de fe, pero es un tesoro dado a la Iglesia de Roma y que como tal debe proteger. En cualquier caso, no me corresponde a mi juzgar asuntos disciplinarios de la Iglesia.

    Gracias por su comentario.

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