viernes, 21 de agosto de 2009

¿Por qué les molestan los crucifijos?

En el marco de la ofensiva laicista del gobierno socialista de zETAp, nos sorprendía el pretendido moderado Caamaño, masón y Ministro de Justicia, con el anuncio de que iban a retirar cualquier referencia religiosa de los colegios públicos. Vuelven, de nuevo, en su línea manipuladora, a tergiversar una realidad y, lo que es más grave, la ley.

Para empezar, diremos que en la mayoría de colegios publicos no queda ni rastro de catolicismo. Vamos, que los crucifijos fueron retirados hace ya bastante tiempo de las aulas. En cambio, es muy común ver murales y dibujos con simbología oriental, tántrica o sincrética. Será por aquello de la New Age. Y no olvidemos las polémicas suscitadas en algún colegio en las pasadas fiestas navideñas respecto a la colocación de belenes, todo un alarde de tolerancia por parte de la dirección de dichos centros educativos con la excusa de no ofender sensibilidades.

Entonces, ¿a que viene ahora lo de quitar los crucifijos? No nos engañemos, detrás de este ataque gratuito a los católicos se encuentra la insistente política del gobierno zetaparo de eliminar de la esfera pública todo lo que suene a católico. No nos extrañe que próximamente prohiban exhibir en las solapas de las chaquetas pines en forma de cruz, a los sacerdotes llevar alzacuellos o sacar al santo de turno en procesión por las calles. Me pregunto, si esto ocurre, si se atreverán a prohibir que las mujeres musulmanas vayan con la cabeza tapada, o que los judios lleven kipá. Más que nada por aquello de la igualdad ante la ley.

En el fondo, la polémica suscitada por los crucifijos no es más que un hito más en el camino hacia la imposición de la ideología masónica. Y la cruz, símbolo de libertad y de triunfo, se convierte en una barrera muy grande para sus propósitos. La cruz no supone una amenaza ni para la educación ni para la separación Iglesia-Estado, pero si es una llamada de atención ante tanto hedonismo y egoismo, ante tanto vacío moral. El crucifijo molesta en cunato que se opone a su ideología totalitaria y relativista, clamando por la Esperanza y la Verdad.

Sin embargo, concedámosles pulpo como animal de compañía. Si el crufijo simboliza una ideología y, según dicen, hay que ser neutros, ¿qué demonios hacemos con Educación para la Ciudadanía? Desde la Formación del Espíritu Nacional no se había visto mayor intento de manipular las conciencias de los alumnos. Y lo mismo se puede decir de tantas charlas como las que enseñan a poner un preservativo en un plátano o te explican como sodomizar sin riesgo. Por no hablar de tantos contenidos transversales en materias serias (lengua, matemáticas, ciencias, etc.) que no dejan de inyectar en vena ideología de género. Si no se quiere ideología, que no la haya de ningún tipo, pero que dejen de tomarnos el pelo.

Me temo que estamos en pleno campo de batalla, y la inminente Ley de Libertad Religiosa no hará más que dar pista libre por ley a los enemigos de la libertad, que normalmente son también de la Iglesia Católica. En Facebook, se ha creado un grupo de apoyo al crufijo. Iniciativas como esta pueden hacer mucho bien en la opinión pública, adormilada por la tríada trola, choriceo y puterio (Pío Moa dixit) que este gobierno nos va dando en cápsulas. Y, ya que estamos diciendo lo que nos molesta, a mi me molesta la señora De la Vogue, cada vez que sale en la televisión suele ser a la hora de comer. Por favor, por caridad masónica que no lo vuelvan a hacer.

lunes, 10 de agosto de 2009

El papel del Estado (III): la educación

A punto de comenzar un nuevo curso escolar, los padres se introducen en su particular "cuesta de agosto". La compra de uniformes, chándals, zapatillas, libros de texto, diccionarios, estuches, pinturas, lapiceros, etc. suponen un duro palo para la economía familiar, que llega maltrecha tras el periodo estival donde los excesos están a la orden del día. Pero quizá, la decisión más dificil que han de tomar estos aguerridos padres no es si la carpeta de la niña debe llevar la foto del cantante de moda, si no más bien a qué colegio llevar a los hijos.

Cuando un padre se enfrenta a la decisión de elegir un colegio para su hijo, se encuentra en el camino con diversas trabas que no permiten ejercer el derecho de libre elección. Los criterios de renta, de cercania del domicilio familiar, etc. no son sino criterios arbitrarios que limitan, por un lado, la libre competencia y por otro la libertad de elección. En este primer punto, la libertad de los padres se ve cohartada por al burocracia estatal.

El sistema educativo español es bastante particular. La mayoría de las instituciones docentes son colegios concertados, es decir, colegios dirigidos en su mayoría por órdenes religiosas o diréctamente por la Iglesia Católica- que reciben subvención, pero ... ¿a cambio de qué? La asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) ha revelado las intenciones "ideologeizantes" de los gobiernos. Se pretende, de esta forma, formar conciencias a través de la educación que, no nos engañemos, es pública en más del 90% de los casos porque la subvención a los colegios concertados es una forma de eliminar su libertad de cátedra en favor de los criterios del gobierno de turno.

En este punto vemos como esa presunta libertad desaparece. Los padres no pueden elegir el centro educativo y, aunque puedan hacerlo, sus hijos se verán manipulados ideológicamente. Volviendo a EpC, ¿qué derecho tiene el gobierno para manipular ideológicamente a los alumnos? Si unos padres deciden llevar a sus hijos a un colegio católico, lo eligen ellos. De otra forma lo hubieran llevado a un colegio público. Si unos padres deciden que su hijo curse la asignatura de religión Católica, lo eligen ellos. De otra forma lo hubieran matriculado en otras materias alternativas. Lo que quiero decir es que nadie entiende porque la moral y ética del gobierno debe ser obligatoria. Y, la verdad, a este debate poco o nada ayuda la forma en que la FERE (la Federación de Religiosos de la Enseñanza y que agrupa a la mayoría de colegios católicos) se ha plegado al discurso socialista. Será por aquello de no morder la mano que te da de comer ...

La solución a este intervencionismo educativo tan obvio pasa, por un lado, por introducir medidas como el cheque escolar, de manera que los padres puedan elegir libremente el centro educativo al que llevar a sus hijos, y, por otro, reconocer legalmente la figura del homeschooling. En este artículo, Pablo Molina nos hace una breve descripción de lo que es y lo que supone "el aprendizaje en casa".

Los datos del último Informe PISA (2008), no dejan mucho margen al optimismo. Muchos "expertos" ya han hablado de las causas, pero pocos de las soluciones. Quizá alguien debería decirles que sobra ideología y falta conocimiento.